miércoles, 22 de octubre de 2008

Paul Newman In Memoriam: la mirada seductora


Paul Leonard Newman
, una de las estrellas más brillantes de la época dorada de Hollywood e icono de nuestra cultura popular en el siglo XX, falleció el 26 de septiembre de 2008 en su granja de Westport, Connecticut (USA), a los 83 años de edad, a consecuencia de un cáncer de pulmón, rodeado de su mujer y sus hijos, y dejando tras de sí la estela de “leyenda indomable” en el firmamento de nuestra memoria cinematográfica.


Arquetipo de la belleza clásica, su mirada transparente y el magnetismo que desprendían sus imponentes ojos azules enamoraban a la cámara, arrancando suspiros y aplausos en títulos inolvidables como “Dos hombres y un destino” (1969), “La gata sobre el tejado de Zinc” (1958), “El buscavidas” (1961), “El golpe” (1973), etc., donde demuestra su gran versatilidad para interpretar registros muy variados tanto en la comedia como en el drama. Buscaba deliberadamente papeles que encarnasen personajes complejos, marginales, rebeldes o perdedores (“antihéroes”), para huir de los papeles de galán a los que Hollywood deseaba unirle para explotar su innegable atractivo físico.


Hijo de inmigrantes, un comerciante judío alemán y una católica con raíces húngaras, nació el 26 de enero de 1925 en Shaker Heights, un suburbio de Cleveland (Ohio). Tras los estudios elementales, sirvió en la Marina durante la 2ª Guerra Mundial y, al término de esta, se graduó en Ciencias Económicas en la Universidad de Kenyon. Sin embargo, prefirió optar por el camino de la actuación, uniéndose, poco tiempo después, a una compañía de teatro en Illinois, la Woodstock Player's. En 1951 estudió interpretación en la prestigiosa Escuela de Arte Dramático de Yale y compartió método con James Dean y Marlon Brando en el mítico Actor's Studio de Lee Strasberg, en Nueva York, ciudad que le abrió sus puertas a la televisión y el teatro, consiguiendo un notable éxito en Broadway por su participación en la obra teatral “Picnic” (1953). Por fin, en 1954 se estrenó en el cine con “El cáliz de plata”, de Víctor Saville, película de la que, más tarde, el propio actor renegó cuando se emitió en TV, publicando un anuncio en la prensa donde pedía “disculpas por cada noche de esta semana”. Pero fue el papel del boxeador Rocky Graziano, en el filme “Marcado por el odio” (Robert Wise, 1956), el que llamó la atención de la crítica y los productores de la industria. Su última aparición en la gran pantalla fue “Camino a la perdición” (Sam Mendes, 2002), junto a Tom Hanks.


Actor, director, guionista, productor, y con cerca de un centenar de películas a su espalda, logró 36 premios y fue candidato al Óscar a la mejor actuación principal en 9 oportunidades. Finalmente ganó tres: el Honorífico de 1985 al conjunto de su carrera, el de Mejor Actor de 1987 por “El color del dinero” (Martin Scorsese, 1986) y el especial de la Academia Premio Humanitario “Jean Hersholt” en 1994.

A pesar de haber sido considerado uno de los “sex-symbols” más deseados de la historia del cine, el amor de su vida fue la actriz Joanne Woodward, de quien se enamoró durante el rodaje de “El largo y cálido verano” (1958), y con quien vivió una historia de amor de medio siglo, tras divorciarse de la actriz Jacqueline Witte.



Poseedor de un gran sentido del humor y amante de los deportes, los coches y la velocidad, también destacó por su activismo político y la lucha por los derechos civiles, su generosidad filantrópica y el compromiso social con los más desfavorecidos y los niños.

Aunque vivió bajo los focos, estos nunca le deslumbraron. En sus memorias escribió: “Me gustaría ser recordado como un tipo que lo intentó, que trató de ser parte de su tiempo y de que la gente se comunicara con los demás, que buscó algo de decencia en su propia vida, que quiso engancharse como ser humano”. Y en el corazón de millones de espectadores quedará para siempre el recuerdo de su mirada azul…los ojos más seductores del séptimo arte.


Homenaje del canal de Televisión TCM:

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