Joan Baptista Humet falleció el pasado domingo en su domicilio de Barcelona tras más de año y medio de lucha contra un cáncer de estómago. El cantautor valenciano había conseguido sus mayores éxitos cantando tanto en catalán como en castellano en la década de los setenta, una época en la que el bilingüismo y el cambio de idioma no eran ni frecuentes ni bien aceptados.
Joan Baptista Humet había nacido el 4 de enero de 1950 en Navarrés (Valencia), donde mañana será enterrado. De niño se trasladó con su familia a Terrassa (Barcelona) y fue en esa ciudad donde comenzó su carrera musical al amparo de la entonces denominada nova cançó. Humet debutó como cantautor a los 18 años en un teatro egarense compartiendo escenario con su admirado Joan Manuel Serrat e inmediatamente después comenzó a actuar por toda Cataluña como telonero de Lluís Llach. Ya en ese momento una de sus primeras canciones, "Gemma", se convirtió en un éxito importante y todavía hoy es uno de los temas que más se asocian a su recuerdo. Gemma es una muestra indiscutible de la profunda sensibilidad de Humet al hablar con ternura de su hermana menor enferma de poliomielitis.
La carrera discográfica de Joan Baptista Humet no fue muy amplia (cinco elepés en castellano y dos en catalán entre 1973 y 1984, a los que podríamos añadir el realizado sobre el musical La granja animal, que representó en 1976) pero, en cambio, dejó para el recuerdo un puñado de canciones de gran belleza ajenas a las modas o estilos mucho más politizados que marcaba la transición. De esos años proceden canciones tan recordadas como "Que no soy yo", "Terciopelo", "Sólo soy un ser humano" o "Clara", en la que hablaba sin tapujos de las drogas. Algunas fueron también muy populares en algunos países suramericanos por los que realizó diferentes y exitosas giras.
Hace unas semanas toda la profesión musical quedó conmovida cuando se hizo público el avanzado estado de la dolencia del cantautor. El próximo 16 de diciembre en el Teatre Nacional de Catalunya muchos de sus compañeros (Marina Rossell, Joan Manuel Serrat, Lluís Llach, Ana Belén, Pegasus, Jaume Sisa, Víctor Manuel y Maria del Mar Bonet, entre otros) habían previsto rendirle un homenaje en vida. A pesar de su fallecimiento el concierto se realizará tal como estaba previsto destinándose la recaudación a la familia de Humet.
EL PAÍS
Joan Baptista Humet había nacido el 4 de enero de 1950 en Navarrés (Valencia), donde mañana será enterrado. De niño se trasladó con su familia a Terrassa (Barcelona) y fue en esa ciudad donde comenzó su carrera musical al amparo de la entonces denominada nova cançó. Humet debutó como cantautor a los 18 años en un teatro egarense compartiendo escenario con su admirado Joan Manuel Serrat e inmediatamente después comenzó a actuar por toda Cataluña como telonero de Lluís Llach. Ya en ese momento una de sus primeras canciones, "Gemma", se convirtió en un éxito importante y todavía hoy es uno de los temas que más se asocian a su recuerdo. Gemma es una muestra indiscutible de la profunda sensibilidad de Humet al hablar con ternura de su hermana menor enferma de poliomielitis.
La carrera discográfica de Joan Baptista Humet no fue muy amplia (cinco elepés en castellano y dos en catalán entre 1973 y 1984, a los que podríamos añadir el realizado sobre el musical La granja animal, que representó en 1976) pero, en cambio, dejó para el recuerdo un puñado de canciones de gran belleza ajenas a las modas o estilos mucho más politizados que marcaba la transición. De esos años proceden canciones tan recordadas como "Que no soy yo", "Terciopelo", "Sólo soy un ser humano" o "Clara", en la que hablaba sin tapujos de las drogas. Algunas fueron también muy populares en algunos países suramericanos por los que realizó diferentes y exitosas giras.
Hace unas semanas toda la profesión musical quedó conmovida cuando se hizo público el avanzado estado de la dolencia del cantautor. El próximo 16 de diciembre en el Teatre Nacional de Catalunya muchos de sus compañeros (Marina Rossell, Joan Manuel Serrat, Lluís Llach, Ana Belén, Pegasus, Jaume Sisa, Víctor Manuel y Maria del Mar Bonet, entre otros) habían previsto rendirle un homenaje en vida. A pesar de su fallecimiento el concierto se realizará tal como estaba previsto destinándose la recaudación a la familia de Humet.
EL PAÍS
Esta mañana, mientras hojeaba el periódico e hincaba el diente a mi desayuno, tuve conocimiento del fatal desenlace del cantautor catalán. Casi simultáneamente, pensé en las innumerables ocasiones en que, a lo largo de mi vida, silbé y canté una de mis canciones favoritas, "Clara". A pesar de la temática de la letra y la melancolía que resumaba su música, la canción tenía, muy al contrario, un significado vitalista y especial para mí y, al hilo de mis pensamientos, sonreía al recordar las buenas vibraciones, la alegría o el "buen talante" (expresión últimamente de moda) que me transmitía su melodía. Y es que, gracias a Humet, "Clara", con permiso de mi hadita, ya forma parte inseparablemente de mi vida. Descanse en paz.
LETRA de Clara:
Clara,
distinta Clara,
extraña entre su gente, mirada ausente.
Clara,
a la deriva,
no tuvo suerte al elegir la puerta de salida.
Clara,
abandonada
en brazos de otra soledad.
Esperando hacer amigos por la nieve
al abrigo de otra lucidez,
descubriendo mundos donde nunca llueve,
escapando una y otra vez.
Achicando penas
para navegar...
estrellas negras vieron por sus venas
y nadie quiso preguntar.
Clara
se vio atrapada,
abandonó el trabajo,
se vino abajo.
Clara
languidecía
perdida en un camino de ansiedades y ambrosías.
Clara
no dijo nada
y un día desapareció.
Recorriendo aceras dicen que la vieron
ajustando el paso a los demás,
intentando cualquier cosa por dinero
para incarse fuego una vez más.
Esa madrugada
Clara naufragó,
tenía el mar de miedo en la mirada,
las ropas empapadas
y el suelo por almohada,
y lentamente amaneció.
distinta Clara,
extraña entre su gente, mirada ausente.
Clara,
a la deriva,
no tuvo suerte al elegir la puerta de salida.
Clara,
abandonada
en brazos de otra soledad.
Esperando hacer amigos por la nieve
al abrigo de otra lucidez,
descubriendo mundos donde nunca llueve,
escapando una y otra vez.
Achicando penas
para navegar...
estrellas negras vieron por sus venas
y nadie quiso preguntar.
Clara
se vio atrapada,
abandonó el trabajo,
se vino abajo.
Clara
languidecía
perdida en un camino de ansiedades y ambrosías.
Clara
no dijo nada
y un día desapareció.
Recorriendo aceras dicen que la vieron
ajustando el paso a los demás,
intentando cualquier cosa por dinero
para incarse fuego una vez más.
Esa madrugada
Clara naufragó,
tenía el mar de miedo en la mirada,
las ropas empapadas
y el suelo por almohada,
y lentamente amaneció.
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